Para La Rioja Sin Barreras, todos los días del año tenemos motivos para escribir con acento en las discriminaciones que sufrimos las personas con discapacidad física. Comenzando con las más visibles a los ojos de las personas que nos rodean; en la accesibilidad universal queda mucho camino por adaptar a las personas. Mucho entorno que mejorar para que sea accesible a la amplia diversidad funcional de las personas. Teniendo en cuenta, que con entornos más adaptados, la llegada al disfrute del ocio y tiempo libre, se realiza con más facilidad e invita a la participación.
La diferencia de género no viene dada tanto por la accesibilidad física sino por la proporción del día dedicada al tiempo libre. En concreto, las mujeres tienen una hora y treinta y siete minutos menos de tiempo libre al día, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Un dato que se explica porque las mujeres dedican unas dos horas más al día que los hombres al hogar y a la familia.
En el acceso al mercado laboral, la discriminación es aún más sangrante. Por este motivo ofrecemos un Servicio de Intermediación Laboral. No solo por la gran diferencia salarial entre trabajar en un Centro Especial de Empleo o una empresa ordinaria; sino porque la inserción a una empresa ordinaria viene precedida por obstáculos complicados de salvar como son los prejuicios, los falsos mitos y el desconocimiento de la diversidad de competencias que posee el colectivo de personas con discapacidad. Obstáculos que se agrandan en el caso de las mujeres con discapacidad a las que principalmente visualizan realizando labores de limpieza dentro de las empresas. Con un convenio laboral que tiene peores condiciones laborales que otros y con salarios más bajos.
La diferencia salarial sucede en el caso del Convenio de Centros Especiales de Empleo, inferior al de empresas normalizadas cuyas condiciones laborales se enmarcan en Convenios de empresa, estatales o autonómicos. Y sucede en el caso de convenios de sectores feminizados. Llevando las consecuencias de estas diferencias a muchos otros ámbitos de la vida de las mujeres con discapacidad.
Podemos volver al tema del acceso al ocio y tiempo libre de las mujeres con discapacidad. A menor poder adquisitivo, menos posibilidades de ocio y tiempo libre. Pero podemos continuar con el ámbito de los recursos económicos destinados a formación complementaria o formación universitaria. Pasando por la salud complementaria a las revisiones ginecológicas marcadas por la cartera de la sanidad pública. Unido a la complejidad de acceso a la salud que sufren las mujeres con discapacidad.
Para La Rioja Sin Barreras, hay tantas barreras que saltar, como personas con discapacidad. Siendo más altas, las barreras de las mujeres con discapacidad. Por eso, nuestro trabajo seguirá siendo defender los derechos de las personas con discapacidad, sensibilizar a la sociedad sobre las discriminaciones que sufren las mujeres con discapacidad, ofrecer actividades accesibles de ocio y tiempo libre, trabajar por la accesibilidad universal y mejorar la calidad de vida de las mujeres sin discapacidad.