8 M- Seguimos luchando

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Noticias La Rioja Sin Barreras

Las mujeres con discapacidad forman parte de un colectivo sobre el que pesan prejuicios sociales ligados al género y a la discapacidad. Para acercarnos a su situación y tratar de comprender su realidad analizamos cómo se concretan las situaciones de desigualdad en una serie de dimensiones y contextos (salud, educación, empleo, sexualidad, matrimonio y familia).

Además de sufrir discriminaciones laborales, afectivas y relacionales, se les niega incluso la posibilidad de responder a algunos de los patrones tradicionalmente ligados al género femenino de esposas, madres y cuidadoras debidos a los prejuicios sociales sobre la discapacidad, que las considera como personas “enfermas y necesitadas de cuidados”.

La mujer con discapacidad –física, sobre todo- generalmente es considerada como persona incompleta que no cumple con los cánones de belleza establecidos socialmente para las mujeres. Cada vez más, la belleza física se considera una cualidad necesaria para el desarrollo afectivo, profesional y social de la mujer. Al no ajustarse a estos estándares se encuentra en riesgo de discriminación, con más dificultades para la integración social y en algunos casos sufriendo daños psicológicos que afectan a su autoestima y autopercepción de forma negativa.

Los prejuicios y estereotipos sociales, que son muchas veces la base de las discriminaciones, condicionan negativamente las posibilidades de desarrollo personal y de participación social y dificultan la integración social dejando fuera o en los márgenes a las personas que los padecen. Igualmente operan en el imaginario colectivo, transmitiendo creencias erróneas y equivocadas, asignando características negativas a ciertos grupos sociales, en este caso a las mujeres por serlo, y además por tener alguna discapacidad.

Algunas propuestas para garantizar los derechos de niñas y mujeres con discapacidad son:

. Favorecer el empoderamiento y garantizar el derecho a decidir su futuro.

. Asegurar el acceso a todos los servicios, recursos y espacios de la comunidad, garantizando su plena participación, en muchos casos limitada por la sobreprotección, el rol de cuidado y las barreras de accesibilidad universal.

. Favorecer en el ámbito educativo el máximo desarrollo de la personalidad, capacidades y competencias de las niñas y mujeres con discapacidad, respondiendo a las necesidades individuales y expectativas con respecto a su futuro, en entornos formativos abiertos, inclusivos y accesibles.

. Asegurar el derecho de las mujeres con discapacidad a tener la oportunidad de acceder a un trabajo libremente elegido o aceptado en un mercado y un entorno laboral que sean abiertos, inclusivos y accesibles.

. Romper los estereotipos que niegan el desarrollo de los múltiples aspectos de la dimensión sexual de las mujeres con discapacidad, así como su deseo de ser madres, cuando libremente lo elijan.

. Eliminar cualquier discriminación hacia las mujeres con discapacidad.

. Asegurar la accesibilidad universal de todos los espacios.

. Respetar su individualidad, siendo necesario comprender la especificidad de cada mujer con discapacidad, evitando la homogeneización de este heterogéneo grupo de mujeres para respetarlas en toda su diversidad.