Con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, que se celebra el próximo sábado, La Rioja Sin Barreras y el movimiento asociativo de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) lanzan la campaña ‘Discapacidad es pobreza para 1 de cada 3’, para alertar de que una tercera parte de las personas con discapacidad se encuentran en situación de pobreza o en riesgo de exclusión y reclamar medidas urgentes para atajar esta situación agravada por la pandemia del COVID- 19.
Con esta campaña, La Rioja Sin Barreras y COCEMFE realizarán diferentes acciones de concienciación, con el objetivo de visibilizar la mayor incidencia de la pobreza y exclusión en las personas con discapacidad, las razones de esta realidad, y cómo se ha visto acentuada por la crisis sanitaria, económica y social del COVID-19.
La complejidad, transversalidad y multifactorialidad de por qué la pobreza y la exclusión social tienen mayor incidencia en las personas con discapacidad se abordarán a través de datos que demuestran esta realidad y a través del testimonio real de cuatro personas que actualmente se están enfrentando a ello. Personas de diferentes edades y territorios que sufren carencias materiales y personales por tener falta de empleo, precariedad de vivienda e ingresos insuficientes, todas ellas con situaciones provocadas o agravadas a causa de su discapacidad.
«La pobreza en las personas con discapacidad tiene una incidencia mayor que en el resto de la población, porque a los gastos habituales que tiene cualquier persona se suman otros directamente relacionados con la condición de discapacidad, mayores dificultades para encontrar empleo y unos ingresos incompatibles con una vida digna», explica el presidente de COCEMFE Nacional, Anxo Queiruga, quien reclama «mecanismos que garanticen el cumplimiento de la legislación vigente y, con ello, el ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad, así como la renovación de la normativa con medidas dirigidas a lograr la plena inclusión y erradicar la incidencia de la exclusión y pobreza en este grupo social».
El impacto de la pobreza
El 17,7 por ciento de las personas con discapacidad no recibe ningún tipo de ingreso, el 16,9 por ciento no puede comprar medicamentos, el 8,5 por ciento vive en una vivienda precaria, el 6,2 por ciento no puede permitirse comer carne o pescado a diario y el 48,1 por ciento no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.
En cuanto al género, casi tres de cada cuatro personas con discapacidad que están bajo el umbral de pobreza extrema son mujeres y en el 40 por ciento de los hogares donde viven mujeres con discapacidad solas ingresan menos de 500 euros mensuales.
Por ello, La Rioja Sin Barreras y el Movimiento Asociativo de COCEMFE defienden la puesta en marcha de medidas urgentes dirigidas a avanzar en la incorporación al mercado de trabajo, la colaboración con las entidades especializadas representativas, el aseguramiento de la obtención de ingresos, la adecuada prestación de los servicios sociales y sanitarios, la educación inclusiva y de calidad con todos los recursos y apoyos necesarios, así como el acceso a todos los servicios en igualdad de condiciones con especial incidencia en la accesibilidad universal.
«Tener garantizada la autonomía personal es imprescindible para limitar la incidencia de la pobreza en nuestro grupo social», asegura Queiruga, que añade que «la accesibilidad es un factor decisivo, sobre todo en zonas rurales», puesto que «las barreras dificultan acceder al colegio, a la universidad, y por tanto, conseguir un trabajo y los ingresos para disfrutar de una vida digna». Todas las acciones de COCEMFE y su movimiento asociativo están dirigidas a incidir de forma transversal y que las personas con discapacidad en riesgo de exclusión y pobreza cuenten con unos recursos suficientes y de toda índole para tener una vida independiente.