Escrita en 1602 es una de las más admiradas comedias de Shakespeare donde la audiencia es coprotagonista de los acontecimientos. El espectador se ve interrogado ética y psicológicamente y obligado a asumir una cierta responsabilidad moral que el autor le pone y le quita mediante la risa y otros ardides teatrales. El humor llena de libertad las palabras de esta genial comedia y traspasa el escenario para, con mucha risa, hacernos disfrutar, sentir y pensar. Y, tras la risa, hace mucho que el mundo rueda y llueve todos los días canta Feste, el bufón, recordándonos el desencanto que lleva aparejado el vivir.
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