El Congreso dio este jueves un paso para que un extracto bancario, un diagnóstico médico, cualquier contrato, los programas electorales y hasta las señales de los museos sean comprensibles por personas con discapacidad intelectual, ancianos o inmigrantes que desconocen el idioma. El pleno de la Cámara baja aprobó la reforma de la ley que facilita la accesibilidad cognitiva o lectura fácil. Todos los grupos expresaron su respaldo a la norma, salvo Vox, disconforme con el lenguaje inclusivo con que está redactada la ley.
La norma, que lleva dos años de tramitación parlamentaria, prevé la aprobación de un Plan Nacional de Accesibilidad destinado a todas las administraciones con el fin de que aborden la transformación de sus productos y servicios. La ley, que ha sido promovida por el sector de la discapacidad y que en el Parlamento ha sido impulsada por Ciudadanos, exige a las administraciones «un especial cuidado» en la redacción y presentación de los documentos oficiales para su mejor comprensión, sobre todos los textos relativos a las prestaciones sociales.
La proposición de ley aprobada cambia la Ley General de Discapacidad. Como principio general, establece la necesidad de generalizar los pictogramas y la lectura fácil como apoyos complementarios. A su vez, contempla un plazo de tres años para que el Gobierno apruebe el desarrollo reglamentario que garantice este derecho. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada tres personas se beneficia del derecho a la accesibilidad cognitiva
Vía diariosur