El origen histórico de este litigio se centra en un conflicto territorial entre la localidad burgalesa de Miranda de Ebro y la riojana de Haro por la posesión de la zona de los riscos de Bilibio.
Por la disputa de este sitio y para mantener su dominio, deben acudir los vecinos de la villa riojana de Haro cada fecha de San Pedro, el 29 de Junio a los riscos de Bilibio. Allí el Regidor Síndico de la villa jarrera colocará en la parte alta de estas peñas el pendón de la ciudad, en señal de posesión. Si los jarreros no acudieran un año a esta cita perderían el dominio de esta zona y pasaría a jurisdicción de la vecina Miranda de Ebro.
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