El reto era traer a la bodega un arte escénica tan antigua como los orígenes del hombre –la narración oral, el arte de contar historias- y provocar un maridaje tan tentador como el erotismo y el vino.
Las historias que aquí se cuentan consiguen hechizar al público y el vino propicia la sensualidad y el deleite. Los bellos espacios de nuestra bodega se convierten en singular escenario para dar cabida a una experiencia cultural diferente basada en el disfrute de los sentidos a través de la escucha y la palabra.
El éxito de este festival se lo debemos sin duda al talento de los excelentes narradores que han pasado por él.