Es una ruta de dificultad media, de cinco horas de duración en total y 750 metros de desnivel.
El pueblo acoge a unos 700 senderistas aproximadamente todos los años. Además, complementando la subida, se realizan numerosas actividades y degustaciones en el pueblo para las personas que no quieran realizar el sendero. La actividad consiste en impulsar el turismo rural y el patrimonio local de la sierra de Moncalvillo reviviendo la historia de cómo se trabajaba el hielo en la Edad Media y la importancia que tenía en aquel entonces.